En tiempos de la antigua Grecia, los mercados surgieron cuando se identificó que era mejor juntar a vendedores y compradores en un solo lugar para facilitar el intercambio de bienes. Así surge lo que llamaron el ágora, cuyo significado es “lugar de encuentro”, y que se trataba de un espacio con función doble; servía como foro de expresión pública y punto de encuentro cultural y político, pero también era el centro comercial o lugar para generar transacciones. Como diríamos hoy, un sitio para irse de shopping. Con el tiempo fue creciendo y de repente al tener tanta mercancía y visitantes, el mercado se comenzó a organizar por categorías para facilitar las gestiones. Pero llegó un punto en que se tornó muy concurrido. Ahora para que supieran lo que vendías o lo que te diferenciaba, tenías que gritarlo a los cuatro vientos. Y así, se comenzaron a anunciar los productos. Después resultó escandaloso y algunos sugirieron “postear” mensajes en un tablero, una manera efectiva para dar exposición a los puestos de venta y a su vez, aprovechar el espacio para comunicar otra información relevante a quienes por allí pasaban. Y entonces era solo cuestión de tiempo y lógica, el que llegara al mercado un tercero para ayudar a comunicar y conectar. Entonces ¡llegaron los publicistas!
Seres con ese sexto sentido que les permite ver el potencial, oler la oportunidad, decirlo todo “más bonito” y predecir un poco el futuro. Nos gusta hablar, pensar, indagar, crear y preguntar, pero venimos en paz. Queremos lograr objetivos, esa es la meta. Algunos nos ven como aliados y otros nos temen porque piensan que “acabaremos con su presupuesto”. Y de vez en cuando, surgen batallas con los soldados de las finanzas, lo que es de esperarse, porque mercadearse cuesta, pero es siempre una inversión que vale el esfuerzo. Si lo haces bien; con un buen plan y la dirección adecuada, las posibilidades son infinitas.
Hasta el “ágora social” se llenó de ruido.
Por eso te invito a acercarte sin miedo a alguien de mercadeo y publicidad que pueda ayudarte en la evolución de tu proyecto de negocio, aportando con ideas, recomendaciones y tácticas. Así como necesitas el apoyo de un abogado para orientarte sobre leyes laborales o corporativas, y un contable que trabaje estados financieros y planillas, también hace falta tener a alguien de confianza en tu equipo que pueda acompañarte en el proceso de mercadear tu marca o producto. ¡No es recomendable hacerlo solo!
La publicidad es compleja y su evolución impresionante. Los mercados cambian, nacen nuevas generaciones y la cantidad de puntos de contacto con el consumidor son innumerables. Hasta el “ágora social” en las redes, se llenó de ruido. Y es nuestro punto de encuentro actual en donde se lucha a capa y espada por un like.
La gran cantidad y combinación de medios (los llamados tradicionales y los digitales, los impresos y los virtuales, directos y no tan directos), pueden confundir a cualquiera. Entonces es, en este momento, en el que un especialista, puede ayudar (y mucho) convirtiéndose en tu guía. Alguien que descifra el mercado por ti y que con su experiencia y conocimiento formulará la mejor estrategia para alcanzar tus metas y lograr vender tu producto de forma efectiva. ¿Qué mejor socio?
Lietchen Sarramia
La agencia creativa Ad-diction, abrió su nuevo espacio en Cupey con miras en apoyar al desarrollo económico local y continuar apoyando a sus clientes corporativos desde el céntrico punto en San Juan. Con una visión clara de ofrecer soluciones a través de ideas frescas, estrategias innovadoras y ejecución impecable. addictionpr.com