Si me hubieran dicho que sería maestra de educación especial hace 20 años cuando me gradué, no lo me lo hubiera creído. Sin embargo, la vida te guía por caminos inciertos que no sabes a dónde te llevarán. Lo que sí puedo asegurar es que siempre me ha apasionado trabajar por un bien social, en particular con niños. Soy arte terapeuta y educadora de una población especial, la cual considero extraordinaria y llena de amor. Soy docente de vocación y mis caminos han sido largos, diferentes y llenos de experiencias que me han llevado a donde tengo que estar.
La educación especial no es solo darle asistencia a un estudiante que no puede disfrutar de una educación en un aula de corriente regular, como popularmente nos referimos. Es llenar de ilusión y esperanza a un individuo que simplemente mira el mundo con otra perspectiva. Es común el rechazo a esta población, en muchas ocasiones por desconocimiento y miedo, aunque la mayoría de las veces, entiendo que es falta de paciencia. Hoy día con tanta tecnología, la vida rápida y los cambios en sistemas familiares y sociales, hemos ido perdiendo la sensibilidad por nuestro prójimo. Los niños, jóvenes y adultos de educación especial son marginados socialmente y luchan por ser parte de la comunidad.
En el Colegio de Educación y Rehabilitación Integral, mejor conocido por sus siglas CODERI, trabajo como maestra de educación especial de uno de los grupos del programa de Talleres para el Desarrollo de Destrezas en el Empleo (TADDE), en donde se trabaja con los jóvenes adultos, una transición de vida independiente, experiencias de integración a la comunidad, manejo de finanzas y destrezas de empleo. Nuestra meta es que el joven adulto pueda trabajar y generar un ingreso que lo apoye a integrarse a la sociedad de manera independiente y saludable. A mi entender, es un programa muy completo que apoya a que el individuo pueda desarrollarse como profesional utilizando escenarios reales de empleo. Se les brinda a los jóvenes la oportunidad de integrarse al mundo real y laboral, a través de experiencias de empleo sostenible con diversos patronos. Nuestros jóvenes han tenido la oportunidad de practicar en escenarios como supermercados, tiendas de accesorios, trabajo clerical, entre otras. Se busca siempre ubicarlos en empleos que vayan acorde con sus fortalezas y necesidades, y que les brinde la oportunidad de prepararse para el mundo laboral real.
La educación especial trabaja el desarrollo de destrezas en individuos con discapacidades en el desarrollo ya sean físicas o mentales, con diferentes niveles de severidad y un mundo de diagnósticos que hacen que su educación sea individualizada, aunque estén integrados con otros compañeros en un aula de clases. El mundo educativo de Educación Especial es uno estructurado y complejo ya que se trabajan con unas metas y objetivos medibles ajustados los niveles de ejecución de cada estudiante. Hay un Plan Educativo Individualizado (PEI) o Plan de Intervención (PI) para cada uno, y la maestra(o) y recursos del salón trabajan con el estudiante para lograr alcanzar esas metas y objetivos.
Además, CODERI cuenta con diferentes programas de servicios educativos y vida independiente muy completos, con objetivos dirigidos a las necesidades de los estudiantes. Desde una temprana edad se ubican en Pre-escolar y van pasando de grados o niveles como: Apresto, Académico, Intermedio Avanzado, Intermedio Superior luego Transición Vida Independiente o Pre Vocacional y luego pasan a los programas de Jóvenes y Adultos de Vida Independiente (JAVI) o a los Talleres de Desarrollo de las Destrezas en el Empleo (TADDE), de acuerdo con sus necesidades y edad. Se puede decir que CODERI es un programa integral muy completo donde toda su comunidad participa de programas de Salud Integral, Movimiento Creativo (Baile), Educación Física Adaptada y Natación. Además de tener actividades extracurriculares y familiares en donde hay una unidad y todos somos iguales.
El compartir con un estudiante o individuo con discapacidades te llena de amor y esperanza, y ser maestro o recurso de educación especial te lleva a luchar por ellos y encaminarlos a un desarrollo integral para que puedan tener una transición saludable a una vida independiente y ser parte de la comunidad. Nuestros estudiantes y facultad llegan al corazón de muchos y su alegría se puede escuchar a miles de millas de distancia. Es allí dónde he encontrado mi lugar luego de una larga travesía profesional llena de retos y lecciones de vida. Y es que, una vez entras en CODERI te enamoras de la población de educación especial que llenan los espacios del plantel. Desde los peques, llenos de sonrisas y alegría, hasta los adultos que te inspiran a seguir adelante y vivir el momento, disfrutar de la vida plena y lograr tus metas y sueños. Eso es CODERI, un mundo especial que te llena el corazón de alegría e ilusión. Más que un colegio, es un hogar, la gran familia de CODERI, como nos dicen nuestros directores cada vez que nos reúnen.
Son muchas las palabras que podemos seguir añadiendo para describir la educación especial, lo que son las discapacidades o las deficiencias en el desarrollo. Sin embargo, lo que sí puedo compartir es que me enamoré de la población de educación especial, ya que me inspiran y es parte de las razones por las que me levanto cada día con una sonrisa a pesar de las situaciones que pueden surgir. El marcar una diferencia y ser apoyo para una población marginada por la sociedad me llena de satisfacción y esperanza. Es un mundo lleno de vida, de algo diferente, de una visión distinta, peculiar e inocente. Simplemente una perspectiva diferente. Son nuestros grandes maestros de vida y nosotros somos sus facilitadores de descubrimiento, exploración y oportunidades.
Marta María Rivera Melero
Marta María Rivera Melero posee un bachillerato en Artes Gráficas y Educación de Arte de la Escuela de Artes Plásticas de PR, maestría en las Artes del Libro y Grabado de University of the Arts, en Filadelfia, PA y una segunda maestría en Arte Terapia de New York University. Labora como maestra de educación especial en CODERI y ofrece servicios de arte terapia grupal e individual para poblaciones de niños y jóvenes en riesgo, educación especial, adultos y personas de la tercera edad.
Los representantes de empresas interesadas en recibir estudiantes de educación especial para realizar prácticas o en ofrecer oportunidades de empleo a egresados de CODERI, pueden comunicarse al 787.765.6147 y visitar coderipr.com. El colegio está ubicado en La Urb. El Cerezal en Cupey.