Nuestra sociedad pasa por momentos difíciles que nos impactan a todos.
Muchos son los factores que inciden en los retos a los que nos enfrentamos al momento de criar y que están directamente ligados a aspectos de inteligencia emocional. Por inteligencia emocional nos referimos a la capacidad del ser humano para enfrentarse a las diversas situaciones de la vida, con las herramientas necesarias para la solución de conflictos, manejo de emociones, trabajo en equipo, toma de decisiones, entre otros. Esto implica algunas destrezas como la empatía, el autocontrol, la perseverancia y demás destrezas de desarrollo personal y social. Para poder equiparar a nuestros hijos e hijas con estas herramientas es importante considerar los siguientes factores:
• Provéale a su hijo oportunidades para tomar decisiones: tomar decisiones es la acción de escoger entre dos o más opciones apropiadas para solucionar un problema.
A veces, sobreprotegemos a nuestros hijos porque los amamos y pensamos que facilitarle las cosas puede hacerles más felices.
No obstante, no darle la oportunidad de tomar sus propias decisiones puede crear personas dependientes, inseguras y muchas veces seguidores de lo que otros decidan por él o ella. Decisiones como escoger una ropa u otra, qué comer (puedes darle entre dos opciones saludables), recoger su cuarto primero o fregar los platos, son tareas que pueden hacer desde pequeños y que fungen como esas primeras experiencias de independencia. Aprender esta destreza podrá prepararlos para ser asertivos en sus elecciones y tomar responsabilidad por las consecuencias de dichas acciones.
• Hable con sus hijos sobre las emociones: Es importante normalizar las emociones frente a nuestros hijos. Las emociones nos acompañan desde nuestro nacimiento y perduran a lo largo de nuestras vidas. Llame a cada una de las expresiones de nuestros hijos por su nombre, permita la manifestación abierta de ellas, donde nuestros hijos puedan llorar, reír, sentirse frustrados o enojados, sin sentir vergüenza, al mismo tiempo que dialogar sobre aquello que provoca cada una de esas emociones.
Recuerda llorar no es de débiles sino de ser humano, por tanto evite frases como “los niños no lloran”, “deja de llorar”, “no seas llorona”, “pareces una niña llorando”, entre otras.
Esas frases, aparte de minimizarlos a ellos y sus situaciones y emociones, también fomentan los estereotipos y la vergüenza. Identificar y manejar emociones asertivamente permitiría tener un mayor control de ellas y saber qué hacer ante situaciones difíciles.
• Fomente el trabajo en equipo: el trabajo en equipo es fundamental para el éxito. Es necesario para desarrollar el diálogo, la socialización, compañerismo, esfuerzo, colaboración, respeto por las ideas de otros, esperar turnos, paciencia, entre otros. Cuando algo no les salga bien, podrá recurrir al apoyo de otros para buscar nuevas soluciones. Recuerde, no somos islas y por tanto, en todos nuestros espacios el trabajo en equipo es crucial para la sana convivencia y el respeto.
Así, existen muchas otras destrezas que permiten el desarrollo socioemocional que los prepare para enfrentar la vida. No importa lo difícil que estén los tiempos, podemos enseñarles que tienen la capacidad de enfrentarse al mundo y cuando no lo crean así, resalte la importancia de buscar ayuda psicológica para encaminarlos y equipararlos. De igual forma, ante los retos de ser padres, madres o encargados, si entiende que necesita apoyo, búsquelo.
